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Masilla de Poliester

La masilla es un material muy importante cuando lo que deseamos es mejorar el aspecto de nuestro coche, ya que la misma es usada para la corrección de cualquier defecto o irregularidad que haya quedado en la chapa.

Una creencia errónea en la que muchos incurren es la de pensar que el uso de la masilla poliéster reemplaza al chapista, pero la verdad es que no es así. Sin embargo, es cierto con esta masilla las reparaciones en la carrocería son muy efectivas, por lo que podríamos considerarla como un recurso cuando requerimos una solución con inmediatez.

La mayoría de las masillas están compuestas por resinas de poliéster, y para lograr que endurezcan le es añadido peróxido de benzoilo.  

Comprar Masilla de Poliester

Esta solución rápida es una gran alternativa cuando queremos hacer relleno de agujeros y que las superficies queden lisas. No obstante, la masilla poliéster no funciona como capa protectora, y esto es algo que debemos tener en cuenta antes de hacer la compra.

Comprar masilla poliéster nos ayudará a mejorar el estado de nuestra carrocería o corregir ciertos detalles como golpes o arañazos. Puede ser aplicada con pistola o con ayuda de espátula.

Las 10 Mejores masillas de Poliester

Las masillas poliéster que conforman esta lista han demostrado ser las mejores en cuanto a durabilidad y eficacia. La compra de cualquiera de ellas es na verdadera inversión de dinero que mejorará notablemente la estética de nuestro coche.

¿Qué características tienen las masillas poliéster?

Las características más notorias de la masilla poliéster son las siguientes:

-Lijado fácil: la masilla nos permite hacer un lijado fácil en la superficie, y esta es una cualidad bastante deseable dado que es importante que el resultado quede uniforme. El lijado se debe hacer antes que la masilla endurezca.

-Buena resistencia: además de adherencia. Las masillas poliéster de buena calidad tienen la característica de resistir a cualquier factor externo y tener una alta capacidad de adherencia.

-Elasticidad: las masillas poliéster presentan baja porosidad, y esto les permite soportar cargas dinámicas y vibraciones sobre la chapa. Pues, la idea es que esta no se despegue ni se le formen grietas.

-Capacidad de relleno: esto lo observaremos cuando hagamos el curado, pues antes y después del proceso, la masilla siempre debe tener el mismo espesor.

Las masillas poliéster son muy usadas en los talleres, ya que muchas veces los coches llegan con golpes pequeños y reparar la pieza es mucho más rentable que comprar una nueva.

¿Cuáles son los tipos de masilla poliéster que encontraremos en el mercado?

En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de masilla poliéster que se adaptan a nuestras necesidades, tales como:

-Masilla de poliéster estándar: para acabados. Aunque esta masilla es porosa, es muy buena para rellenar superficies grandes. Para que la superficie no luzca tan porosa, el trabajo se puede terminar aplicando un poco de masilla poliéster fina.

-Masilla acrílica: con esta masilla se pueden cubrir golpes suaves, o arañazos ligeros.

-Masilla poliéster para superficies galvanizadas: o para cinc. Otras masillas no se adhieren a esta superficie con facilidad, por lo que esta masilla específica es la indicada.

-Masilla multifuncional: la porosidad de esta masilla es baja, y la textura es fina. Esta masilla es usada generalmente para hacer reparaciones pequeñas en los coches.

-Masilla para plásticos: esta masilla posee más elasticidad y flexibilidad que el resto de las masillas, y es idónea para las superficies de plástico.

-Masilla de poliéster con fibra de vidrio: tal como su nombre indica, esta masilla contiene fibras de vidrio para repotenciar su capacidad de relleno. Es ideal para los plásticos reforzados.

¿Qué cuidados debo seguir durante la aplicación de la masilla poliéster?

Tomar las precauciones debidas es un requisito cuando se procede a trabajar con masilla poliéster, ya que la misma contiene algunas sustancias que pueden significar un riesgo para nuestra salud si no anteponemos nuestra seguridad.

Prestemos atención a lo siguiente:

-Se debe evitar cualquier contacto con la piel o los ojos: para ello, debemos usar siempre guantes, entre otros elementos que nos protejan.

-Trabajar con la masilla poliéster en espacios abiertos: puesto que la acumulación de vapor puede significar un riesgo para nuestra salud.

-Cuidado con calor: debemos procurar que la masilla no esté cerca del fuego, del sol, o calor excesivo.

-Limpiar las herramientas: de forma adecuada, con acetona o disolventes, ya que la masilla, al secarse, podría deteriorarlas.

¿Cómo puedo aplicar la masilla?

Para que la aplicación de la masilla sea exitosa, debemos seguir los siguientes pasos:

Paso 1: se debe eliminar la pintura, en caso de haber realizado una reparación previa. Para hacer esto, debemos usar un taladro o radial. A esta herramienta le colocaremos un disco abrasivo.

Paso 2: los bordes de la pintura deben ser abiertos, y la superficie donde aplicaremos la masilla debe ser lijada. Podemos usar una rotorbital con un disco abrasivo, cuyo grano sea P-80 O P-120.

Paso 3: se debe matizar alrededor del parche para que la masilla no se expanda, sino que quede en la zona correspondiente. Esto también evitará que se pueda desprender.

Paso 4: la superficie debe ser aspirada y desengrasada. Cumplir con este paso ayudará a que la masilla se adhiera con más facilidad. El desengrasado recomendado es uno que sea de evaporación rápida.

Paso 5: se procede a mezclar la masilla con el catalizador. El resultado de la mezcla debe ser homogéneo a fin de que se seque de manera uniforme. La masilla se aplica haciendo movimientos circulares. Para evitar porosidad se sugiere que los componentes sean mezclados al mismo tiempo usando una espátula para cortar y presionar el producto.

Paso 6: se debe aplicar la mezcla haciendo movimientos cortos, desde un extremo del parche al otro. Siempre siguiendo una misma dirección. Se aplica una primera capa y luego otra.

Paso 7: se debe alisar el parche haciendo presión para que el lijado posterior sea más sencillo.

Paso 8: la masilla debe ser lijada, pero solo cuando haya secado, es decir, luego de haber transcurrido una media hora.

A modo de recomendación, la medida debe ser máximo de un milímetro de grosor por capa. Jamás debemos hacer capas gruesas.

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