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Suspensión Vogtland
En este artículo vamos a hablar de los muelles Vogtland, unas suspensiones deportivas de precio asequible y con gran calidad, perfectos para aquellos que quieren adentrarse en el mundo de las suspensiones deportivas pero en coches a pie de calle. Los muelles Vogtland hacen que la altura del coche se reduzca entre aproximadamente unos 2,5 y 3,5 centímetros haciendo más estética la visión en general del vehículo, además de reducir su centro de gravedad y con ello ganando en estabilidad y seguridad en las curvas.
Estas suspensiones Vogtland cuentan, en su mayoría, con la certificación TÜV (Technischer Überwachungs-Verein) una verificación de que el producto ha superado con éxito las pruebas específicas relacionadas con la seguridad y calidad de este caso los muelles Vogtland. Este certificado supone para el comprador una gran ventaja a la hora de decidir comprar este producto pues estas pruebas las realiza una entidad externa y neutral, además son realizadas en 75 países.
Comprar Suspensión Vogtland
Los kits de muelles Vogtland están fabricados con el resultado de la aleación de acero y silicio que posteriormente son templados. Con este último paso se consigue una gran calidad para montar con amortiguador de origen como para hacerlo en un amortiguador deportivo. Con su fabricación se obtiene un muelle progresivo que une la comodidad con la deportividad que buscan aquellos que compran este producto.
Ventajas de los Muelles Vogtland
El precio de los muelles Vogtland puede rondar entre los 140 euros y los 200 euros, un precio asequible para las grandes ventajas que proporciona. Algunas de estas ventajas son:
- Una reducción de la altura que conlleva una bajada del punto de gravedad.
- Gracias al punto anterior se consigue una mejor conducción en curvas.
- Se reducen los movimientos bruscos en las frenadas.
- La carrocería se balancea menos.
- Se consigue una mayor tracción en el eje motriz.
- El desgaste de los neumáticos se hace de manera más regular.
- La adherencia a la carretera mejora.
- Todos los puntos anteriores reducidos a una conducción más segura.
Homologación de la suspensión Vogtland
Algo muy importante que hay que tener en cuenta antes de adquirir los muelles Vogtland es que deben ser homologados. A partir de principios del año 2013 las modificaciones de la ficha técnica sufrieron una variación, haciendo necesaria la tramitación de la homologación de las suspensiones. Antes de este momento en la ficha técnica del vehículo se podía añadir cualquier suspensión deportiva que tuviese el certificado RIG (Reforma de Importancia Generalizada).
Después de ese año según el manual de reformas de la ITV es imprescindible hacer un proyecto específico para cada coche. A pesar de contar con el antes citado certificado TÜV, usado en casi toda Europa, en España no es válido, por lo que es necesario para para su homologación legal. En base al reglamento las modificaciones que se lleven a cabo en la suspensión del vehículo requiere un proyecto técnico, es decir, si se equipa el vehículo con una suspensión deportiva como es el caso de los muelles Vogtland se debe legalizarlo en la ficha técnica.
Para homologar los muelles Vogtland se puede realizar de dos maneras diferentes:
- Ir al fabricante del vehículo y solicitar el certificado de conformidad en el que se autoriza al vehículo a llevar instalados muelles deportivos como los Vogtland. Pero esta manera tiene un gran inconveniente y es que los fabricantes evitan dar estas homologaciones de productos que ellos no venden, por lo que esta manera es muy poco utilizada.
- La segunda opción y la más utilizada es realizar un proyecto de ingeniería llevado a cabo por expertos que toman el certificado TÜV y acuden a un laboratorio donde expertos revisan que la documentación del muelle Vogtland y en general cualquier sistema de suspensión deportiva. El laboratorio redacta un documento con las medidas del vehículo y junto con el proyecto de los ingenieros se acude a la ITV para que todas esas mejoras sean incluidas de manera legal en la ficha técnica del vehículo. Este tipo de reconocimientos se deben hacer en sitios especiales y por expertos en el tema y su precio suele rondar entre los 120 euros y los 150 euros.
2 síntomas de que la suspensión de tu coche está en mal estado
1) El coche rebota en exceso
Podría decirse que hay coches más “rebotones” que otros. La dureza de la suspensión y sus reglajes varían de coche a coche, pero en ningún caso un rebote excesivo es una buena señal. Si vives en una población con multitud de resaltos, circulas habitualmente por zonas con el asfalto en mal estado – o ha pasado mucho tiempo desde que los has cambiado – tus amortiguadores podrían acusar un desgaste excesivo. Ese desgaste se evidencia en un rebote excesivo. Apóyate cerca de la rueda de tu coche y empuja la carrocería hacia abajo.
El coche debería volver a su posición original. Si rebota una o varias veces, tus amortiguadores están desgastados en exceso y tendrás que cambiarlos. En función de tu coche y su carga habitual, podría haber un desgaste más acusado en el tren delantero o el tren trasero. Es el momento de pasar por el taller y solicitar que te cambien los amortiguadores. Su importe no es excesivo en las marcas generalistas, y es una operación muy rutinaria que cualquier taller puede llevar a cabo sin problemas.
2) Tu coche está desnivelado
Con independencia del sistema de suspensión del coche – ya sea convencional, de aire o neumática – un coche desnivelado es un síntoma claro de problemas. Puede que esté inclinado hacia un lado, o más hundido por delante o por detrás. Puede que haya fugas en uno de los amortiguadores o esferas – en el caso de coches con suspensión hidroneumática, como algunos modelos fabricados por Citroën. Lo mismo ocurre si un coche con suspensión de aire o neumática no se “levanta” una vez arrancado. En casos extremos, podría deberse a que uno de los brazos de la suspensión – brazos metálicos que conectan las ruedas al chasis – se haya doblado o partido. En este caso el coche presentará un ángulo extraño en una de las ruedas o estará completamente hundido. Conducir el coche en ese estado es extremadamente peligroso y puede dar lugar a averías más graves en otros componentes. Es un caso extremo, que sólo se da en caso de accidentes o tras haber pasado por zonas muy rotas a velocidad excesiva – no es habitual.
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